Costillas de ternera a la ceveza
Que ganas tenía de cocinar unas costillas de ternera, y qué mejor que hacerlas en la olla lenta. Madre mía, ¡que buenas!
No sé si vosotros veis habitualmente costillas de ternera enteras en la carnicería porque yo no, suelo encontrarlas deshuesadas o cortadas en tiras (churrasco), así que le deje a mi carnicero que me limpiase un costillar que me lo llevaba entero. Vale, ahora tengo costillas para 3 vidas…
Con las costillas en mi poder sólo me faltaba decidir cómo las iba a hacer, y la cerveza era una muy buena elección. Puse rumbo a una tienda de cerveza que últimamente frecuento bastante con la intención de que me aconsejasen, lo único que tenía claro es que tenía que ser una cerveza potente, con mucho cuerpo, y quería huir de la Guinness. Después de un par de vueltas por la tienda y de tener la cesta llena de cervezas vi la ganadora indiscutible, ¡una cerveza negra ahumada! Yo ya lo tenía claro, pero el dueño de la tienda acabó poniendo la guinda al pastel diciendo que olía y sabía como si te estuvieses bebiendo una barbacoa. ¡No-me-digas-más!
Como ya os comentaba en la entrada anterior, podemos complicarnos la vida u olvidarnos de trabajar lo más mínimo y echar todos los ingredientes a la olla. El día que preparé estas costillas me encontraba con ganas de trabajar y quise que quedasen lo mejor posible. Vamos a ello ;)
INGREDIENTES para 4 personas
- 4 costillas de ternera con su hueso, cortadas individualmente
- 2 cebollas grandes, cortadas en pluma
- 10 ajos, pelados y machacados
- 2 cucharadas de mostaza, yo la usé de Dijon
- 1 litro de caldo de carne, bajo en grasa a ser posible, reducido a 1/2 litro
- 1/2 litro de cerveza
- 2 hojas de laurel
- 20 granos de pimienta negra, machacados
- 1 cucharadita de sal
- 1/2 taza de harina
- 2 cucharadas de maicena
Otros ingredientes
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra molida
PREPARACIÓN
1.- Antes de ponernos a preparar la carne y las verduras pondremos a reducir, a fuego fuerte, el litro de caldo de carne junto con los granos de pimienta, que habremos machacado previamente, y las hojas de laurel. Dejaremos que cueza hasta que haya reducido a la mitad, queremos cocinar las costillas en un caldo de carne mucho más sabroso.
Retiramos del fuego y disolvemos la mostaza en el caldo. Reservamos.
2.- Cortamos las costillas individualmente, las salpimentamos, enharinamos ligeramente y las cocinamos en una sartén con un poco de aceite a fuego medio alto hasta que cojan algo de color.
Según se vayan haciendo las vamos poniendo en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
3.- Si en la sartén donde hemos sellado las costillas no hay muchas impurezas y vemos que el aceite no está quemado, salteamos la verdura en la misma sartén añadiendo más aceite si fuese necesario. Si vemos que el aceite no está en buenas condiciones la salteamos en aceite limpio hasta que empiece a dorarse. Salpimentamos.
Una vez esté lista la verdura, echamos a la sartén la harina que nos haya sobrado de rebozar las costillas, un chorrete de nada de agua y cocinamos durante 2 ó 3 minutos más.
4.- Ya tenemos el caldo reducido, la carne sellada y las verduras doradas. Es hora de echarlo todo a la olla: primero cubrimos el fondo con la cebolla, luego introducimos las costillas con el hueso hacia arriba, a continuación echamos el caldo de carne y finalmente echamos tanta cerveza como haga falta para llegar al hueso, no hace falta cubrirlos (a mí me hicieron falta unos 35 cl).
5.- Tapamos la olla y cocinamos a potencia baja hasta que las costillas estén tiernas, en mi caso necesité 5 horas y 30 minutos. Os recomiendo que comprobéis a las 5 horas y luego cada 30 minutos, pero sed rápidos, no dejéis que la olla pierda temperatura.
Cuando las costillas estén listas, dejamos que reposen en la misma olla tapada durante 2 horas en el programa que mantiene la comida caliente.
Pasado ese tiempo, transferimos las costillas a la cazuela dónde las vayamos a servir o a reservar pero no apagamos la olla. Corregimos el punto de sal.
Yo siempre procuro comerme estos guisos al dia siguiente para que la carne se ablanden un poco más, los sabores se concentren y, de paso, elimino la grasa que solidifica en la superficie.
6.- Disolvemos las 2 cucharadas de maicena en 2 cucharadas de agua, lo echamos dentro de la olla y mezclamos bien. Dejamos que la salsa siga cocinando durante 30 minutos a potencia alta.
Pasado ese tiempo ya habremos terminado también nuestra salsa, retiramos el laurel y la echamos a la cazuela donde tenemos las costillas. Si preferís tener una salsa más fina podéis batirla antes.
Guisotes como éste siempre me piden arroz o puré de patatas para acompañar la carne y no desperdiciar ni una gota de salsa. Esta salsa estaba de muerte, después de probarla tenía que servir las costillas con arroz y bañarlo con ella :)
Lo sé, la siguiente foto es espantosa, pero es la mejor forma de ver lo jugosa que queda la carne.
Después del homenaje que nos hemos dado, ¡esto es lo único que ha sobrado! No hay ni que rebañar los huesos, la carne se despega de ellos con sólo mirarlos ;)
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